¿Cuánto es demasiado? La creciente cadena de aranceles entre Estados Unidos y sus socios comerciales se expande a un ritmo alarmante mientras las industrias se preparan para el impacto de las guerras comerciales en escalada. Tras el anuncio de Estados Unidos de aranceles recíprocos en lo que llamó 'Día de la Liberación', no sorprende que otros países comiencen a retaliar.
China, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ya afectada por un arancel del 45 por ciento y ahora con un gravamen recíproco del 34 por ciento, ha respondido con el mismo porcentaje de impuesto sobre todas las importaciones estadounidenses, a partir del 10 de abril de 2025, intensificando una amarga guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Este conflicto en escalada ha estado gestándose durante algún tiempo. Comenzó cuando EE. UU. concedió un aplazamiento de 30 días a sus vecinos norteamericanos en febrero pero no a China. Más tarde, en marzo, EE. UU. impuso un arancel del 25 por ciento adicional al 20 por ciento general. Mientras que la mayoría de los aliados comerciales de EE. UU. enfrentaron un arancel del 25 por ciento sobre las exportaciones de aluminio, China se vio sometida a un elevado 45 por ciento. Y finalmente, en abril, el gobierno de Trump impuso un arancel recíproco adicional del 34 por ciento, empeorando aún más la situación.
En represalia, China ha adoptado un enfoque de ojo por ojo para proteger sus propios derechos e intereses. Además de replicar el mismo arancel del 34 por ciento a Estados Unidos, China también controlará las exportaciones de siete minerales de tierras raras: samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio y itrio. El escandio e itrio se utilizan en la producción de aluminio como microaleaciones. Mientras que el escandio se usa para mejorar la resistencia, tolerancia al calor y resistencia a la corrosión, el itrio se aplica para amplificar las propiedades mecánicas y la microestructura de las aleaciones de aluminio. Este movimiento particular de China parece ser estratégico, ya que el país controla dos tercios de la cadena de suministro global de aluminio. Mientras Estados Unidos busca impulsar la producción doméstica de aluminio, el acceso limitado a las tierras raras podría obstaculizar los objetivos de Donald Trump. Pero eso no es todo. Estados Unidos está sujeto al 67 por ciento de aranceles impuestos por China.
EE. UU. y China son los principales socios comerciales del otro, con ventas de bienes chinos que superan los quinientos mil millones de dólares en EE. UU., representando el 16,4 por ciento de las exportaciones totales del país. Pero ahora, con cada vez más aranceles en vigor, el creciente mercado de exportación de China, que alcanzó un máximo en 2024, sufrirá un golpe.
“Los aranceles de EE. UU. a las importaciones chinas anunciados hasta ahora este año podrían anular completamente el impulso de las medidas de estímulo fiscal anunciadas hasta ahora”, dijo Frederic Neumann, Economista Jefe de Asia en HSBC.
Además del aluminio, acero y automóviles, que ya están sujetos a aranceles de EE. UU., la electrónica, maquinaria eléctrica, textiles y ropa de China también enfrentan aumentos significativos de aranceles.